terça-feira, 1 de julho de 2014

Creciendo juntos

Esta mañana sentí una profunda gratitud hacia todas las personas que a lo largo de estos ya muchos años de venir creciendo en las letras, me han venido dando aliento. Yo no sería quien soy sin esas personas y sus palabras de estímulo, que no siempre han sido palabras escritas o dichas, aunque sí ha sido éste el caso en muchas oportunidades. Me refiero también, y muy especialmente, a los sentimientos que estas personas me han hecho llegar. Sentimientos fuertes, que a uno le dan la pauta de que vale la pena insistir, proseguir en esta especie de trinchera de la paz y del amor, de la recuperación de la persona humana. Lo que empezó como un esfuerzo personal por traerme de vuelta, una denodada lucha por venir a saber quién soy, fue ganando la fuerza de esta corriente solidaria de la cual soy parte. Somos un océano, somos océanos interconectados, y quiero enfatizar en particular, la importancia de mi familia, mis amigas y amigos de la Terapia Comunitaria Integrativa, y el cristianismo de base. Sin todas y todos ustedes, quien hoy les agradece, no estaría compartiendo la alegría inmensa de este crecer juntos. Gracias. Muchas gracias a cada una, a cada uno.

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