sábado, 26 de julho de 2014

Volviendo

Esta tarde me dejé llevar por las veredas de Mendoza, como tantas otras veces. Pasar por las veredas del barrio e ir bajando hacia el centro. Las calles arboladas. La plaza Independencia. Las otras plazas. Cada plaza, muchas historias. Las casas viejas y los edificios. Los kioskos, los autos. Las acequias. Y volver buscando el lado soleado de las calles. Tantos días en Mendoza, tantos días que nos los podría resumir ahora. Una sensación de familiaridad, a pesar de los muchos años pasados afuera. Al cruzar las vías de vuelta para la casa de mi apdre, pensaba en esto.

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