domingo, 11 de janeiro de 2015

Ahora

A veces el día ya ha comenzado, y uno anda como que a tientas, como llegando o tratando de llegar. Pero ya el ir poniendo algunas palabras en la hoja, te va dando una sensación de ubicación, de estar en tu lugar. Finalmente también tenés un lugar en el día que está aquí. El ayer viene como en olas. Un ayer en el que te reconoces. Las lecturas de ayer a la tarde. Los escritos de ayer, que son como un nido inmenso que te acoge. El calor de la tarde y del día. La caminata por el parque. El ayer hasta ahora es casi más que este ahora. Es como si el piso de este instante, fueran todas esas hebras de oro, esos hilos de sol, hilos de luz, que has ido recogiendo y construyendo a lo largo del tiempo. Las infinitas dudas que preceden a cada decisión. ¿Voy o no voy? ¿Lo hago o no lo hago? ¿Digo o no digo? ¿Publico o no publico? ¡Y las vivencias en Terapia Comunitaria Integrativa del año que pasó y de todos los años en los que te has venido recogiéndote de a poco y de a mucho en medio de toda esa gente que se viene trayendo de vuelta! Los encuentros en familia, en Joáo Pessoa y Brasilia. En Mendoza y en la memoria. Los libros leídos, las horas todas que pasaron están aquí, son el piso que pisas esta mañana de enero.

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