terça-feira, 13 de janeiro de 2015

Lecturas incompletas y convergentes

Tengo varios libros empezados. Esto hace que me sienta un poco en deuda conmigo mismo y, por qué no decirlo, también con los autores o autoras de los mismos. Pero lo lindo del caso, y es a ésto a lo que me quiero referir, es que este hecho de tener varios libros empezados, hace que me sienta como en movimiento contínuo hacia distintos horizontes que convergen. Las lecturas incompletas es como que se reúnen más allá, un más allá constituído por un lugar al que toda la literatura y toda la poesía apuntan. Un espacio plural y diverso, de gentes y lugares, países y épocas. Pero sobre todo, un lugar de fantasía, sin banderas nacionales ni fronteras, sin generales ni controles migratorios. Un país imaginario en que soy y mismo, y me encuentro con un Yo mismo gigante e infinito, acogedor. La humanidad en sí. La capacidad humana que tenemos de crear mundos imaginarios más reales que la llamada realidad objetiva. Por eso no tengo apuro en terminar A coragem de resistir, de A. J. Cronin. Ni A arte da ficção, de Henry James. O La calle de las Camelias, de Mercè Rodoreda. O los Cuentos de Poe, o Imagen de John Keats, de Julio Cortázar. Esta incompletud de las lecturas como que me proyecta a horizontes que están constantemente allí, y al mismo tiempo apartándose a medida que me acerco. Como la utopía de Eduardo Galeano o la imagen vital de Herbert Read. Por eso no tengo apuro en terminar ninguna de estas lecturas incompletas y convergentes.

Nenhum comentário: