segunda-feira, 5 de janeiro de 2015

Las puertas interiores

Uno tiene puertas por dentro, del mismo modo que una casa las puede llegar a tener. Hay días en que podemos darnos cuenta de que hay ciertos movimientos a través de nuestras puertas internas. Algo se mueve de un lugar para otro. Recuerdos que vuelven. Sentimientos que cambian de lugar. De pronto nuestra fragilidad puede aflorar. Nos damos cuenta de que somos simplemente humanos. Así como la luna en menguante nos trae para una sensación o situación de mayor recogimiento, en ciertos momentos, podemos estar en un lugar interno tan escondido o guardado, que todo parece muy lejos. Inclusive las estrategias habituales de encontrar fuerzas aquí o allí, parecen haber quedado un poco fuera de alcance. No del todo lejos o inalcanzables, pero más difíciles de ser utilizadas en la tarea de reponer nuestras fuerzas. Ahora por ejemplo, en este exacto momento, vislumbro algunas de esas fuentes de recursos interiores. La Terapia Comunitaria Integrativa. Algo me dice que vaya para allá, que dé un pasito en esa dirección. Mi familia. Los colores. La oración. Todo parece como detrás de una pared de cristal. Y una cita de Edgar Allan Poe o de Julio Cortázar que no conseguí todavía encontrar, viene a mi memoria: es sobre los sueños. No sé en qué libro estará, ni si ese libro está aquí en Mendoza o en João Pessoa. No me esfuerzo demasiado por cambiar de estado de ánimo. Tomo alguna iniciativa, pero me parece que es un momento en el que puede ser mejor dejar todo como está.

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