terça-feira, 21 de fevereiro de 2012

El valor de la vida


Hay un desprecio por la vida que es muy lamentable. No soy de los que viven criticando y hablando mal del sistema, un sistema que no vive sin nosotros. Un sistema que en buena medida, está hecho de la omisión de las personas de bien. Hace ya muchos años que estoy vivo, y esto no deja de admirarme. No me admira sólo la vida física, sino la total. La vida de todo, de las plantas, de la gente. La vida. A fuerza de ir viviendo, de pronto la vida se te torna indiferente. Es como si ya no fuera nada, o casi nada. La empezás a despreciar, dándote cuenta o no. De pronto ya no te dice nada un amanecer, despertarte otra vez a la mañana, o a la noche, o a la hora que sea, y encontrarte otra vez con todo ese universo que sos vos, todos esos mundos que viven en ti. El tiempo fue pasando, a veces con una velocidad tan vertiginosa, que ni tuviste tiempo de darte cuenta de tantas cosas que fueron ocurriendo, dentro y fuera de ti. Muchos cambios. Y ya en un cierto momento, no sabés cuál, no sabés, cuando, de alguna manera no tenés duda de que ya no te queda mucho tiempo. Pero no es para ponerse a llorar o a lamentar. La vida fue pasando tan rápido. De repente te mirás en el espejo y esa cara es tantas caras tuyas hacia atrás, como un túnel del tiempo. O te levantás a la mañana y es como si fueras a la fábrica donde trabajaste, o al kiosko donde vendiste diarios y revistas, o a la facultad o a la escuela o al jardín de infantes donde te llevaba tu mamá. Corrió el tiempo, fueron tantas cosas y aquí estás, en esta noche ya comenzada, poniendo letras en una página que no se sabe adónde irá a llegar. El valor de la vida. Cuánto vale la vida, cada vida, toda vida. Hay gente para la cual la vida no vale nada. Pero no creo que seas de ese tipo de gente. Creo que hay más gente a favor de la vida, pero a veces miro la televisión o los diarios, o hago memoria, y veo que no es tan así. Hay como dos bandos, los de la vida y los de la muerte. Pero no me refiero solamente a los de la muerte muerte, sino más bien a los de la muerte en vida, si bien que los de la muerte muerte andan siempre dando su recado. En fin, cosas que quise compartir con vos hoy, pensando que es una gran cosa la vida, es una gran cosa estar vivo. Y hay pequeñas pistas que nos pueden ayudar a no perder la vida en cuentagotas, como decía Osho. Puede uno permitirse encontrar la vida como si fuera la primera vez. Hay algunas cositas que ayudan, y Julio Cortázar nos da algunas indicaciones en su Manual de Instrucciones, en Historias de Cronopios y de Famas. No es mi estilo querer decirle a los demás cómo son las cosas, pero me gusta compartir ensayos, tentativas. Uno puede ir sacándole a lo cotidiano esa capa de cansancio que a veces se le deposita, haciéndolo monótono, cansador. Podemos crear, y esto puede traernos de vuelta lo que llamo el deslumbramiento por la vida.

Nenhum comentário: