quinta-feira, 7 de maio de 2015

Construyendo

Escribir es muchas cosas. Es una forma de pasar el tiempo. Y también es una manera de ir juntando. Juntando personas y lugares. Juntando sentimientos que el tiempo pudo haber dispersado o dejado más lejos. Los trae más cerca. Me trae más cerca. Me parece que escribr es también como tejer. Es ir unificando el vivir y la totalidad. Mi vida y todas las vidas. Mi historia y las historias de gente que se ha ido mostrando como unida a mi propia historia. La vida va mostrando su discontinuidad cuando escribo. Las cosas dejan de ser lo que parecen, y se muestran como son: cambiantes, misteriosas. 

Hoy o ayer, u hoy y ayer, veía un aguaribay por la ventana. Sus hojas ondeando contra el cielo. Era un movimiento casi inmóvil. Un movimiento apenas perceptible. Personas que he visto ya varias veces o algunas veces, empiezan a consolidar su fisonomía en mi memoria. Dejan de ser algo distante o accidental, y pasan a fomar parte de la substancia del mundo. Pasan a formar parte de mi mundo, de alguna manera. Así voy consolidando el mundo en el que vivo. 

Entonces muchas veces ando por ahí, paso por una calle o por una esquina, o voy al mercadito o al supermercado o a la verdulería o a la terminal o a los aeropuertos, y todo eso ya es mío. Todo eso ya se ha ido consolidando como parte de mi mundo. Es como si fuera juntando todo lo que está a mi alrededor, y unificándolo con mi percepción y experiencia. 

Y lo que voy viviendo y aprendiendo, o experimentando y compartiendo, se va mostrando con una característica de unidad. Deja de ser algo fragmentado o roto, separado o disociado, y pasa a ser una unidad.  Se me ocurre que el hornero debe hacer algo así cuando construye su casita. Yo voy construyendo mi estar en el mundo, mi propio ser en el mundo, al escribir.

Nenhum comentário: