A veces el sueño se aparta un poco. Entonces la mente sale a
pasear. Uno sale a pasear, la mente, el corazón, el ser que uno es, se va a dar
unas vueltas por ahí. A andar por el mundo. Juntando pedazos. Sentimientos.
Gentes y lugares. Orando. Soñando despierto con las cosas que amo. Los libros,
los cuadros, los paisajes, los proyectos, los viajes, los encuentros con personas
queridas en distintos lugares. Misiones. En estos momentos de vigilia, visito
la estructura del tejido en el que vivo. El tejido que se ha ido haciendo y se
sigue haciendo con mis pasos. Los artículos que me gustaría escribir (y que tal
vez nunca escriba) para una revista de sociología y una revista de ciencias de
la religión. Reúno y recompongo la presencia real de las personas y las cosas
que componen mi mundo. El Padre José Comblin y el camino de Jesús. La Terapia
Comunitaria Integrativa. Los libros que escribo y los que leo. Los cuadros que
pinto, pinté y pintaré. Vivir en Dios. Ser palabra. Rehago mis caminos. Los
lugares por donde anduve. Las cosas que ví. Lo que sentí. Mis sueños. La
inmortalidad por el arte, la oración y el amor. Todo lo que soy, lo que voy
siendo. En estas horas en las que el sueño se aparta, veo y vivo el sueño real en
el que vivo.
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