sábado, 28 de novembro de 2015

Recordando

Ayer me alegró verlo al papa discursando en un barrio pobre de Kenia. No es que me guste que haya barrios pobres. Pero es que sus palabras y el sentimiento que transmite, de indignación frente a una injusticia que se repite pero debería escandalizarnos, me tocó, positivamente. La marginalidad, la falta de desagues, la falta de agua, la falta de casa. Tanto que falta a las mayorías, y algunas minorías acumulando, insensatamente, más de lo que corresponde. Confieso que me alegra el Papa Francisco, porque es un jefe de estado que se vuelca hacia la humanidad como un todo, y también hacia la naturaleza. Justicia y amor. Paz y respeto. Estas son algunas de las cosas que me recuerda. Insistió en las tres “T”: tierra, techo y trabajo.  

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