Volví a leer el texto de Anaïs Nin intitulado “A nova
mulher,” en su libro Em busca de um homem
sensível. Y no puedo dejar de tratar
de pincelar algunas breves anotaciones. En primer lugar, el mérito de la
autora, al desarrollar en algunas pocas páginas, tantos temas cruciales, con tanta
profundidad y maestría. Entre estos temas, menciono: (1) lo que es el arte y lo
que el arte hace por la persona, (2) qué es lo masculino y qué es lo feminino, en
el cuadro de una sociedad opresiva y prepotente, y (3) qué es el ser humano: una
construcción continuamente en busca de sí misma. En segundo lugar, el modo como
llega. La escritora usa un lenguaje simple y directo, al cual es imposible
resistir. Sabe tocar, sin agresividad. Dulcemente. Sensiblemente. Íntimamente.
Creo que cualquier persona que quiera tenerse a sí misma de manera concreta y
real, debe leer este pequeño y esencial texto. Un regalo de humanidad. Escapa
del verbalismo vacío tan común en la llamada academia, bien como también, dicho
sea de paso, en el lenguaje común. No es necesario atiborrarnos de palabras
huecas y sin sentido, cuyo significado desconocemos. Esto vacía el diálogo, lo
hace falso. Una pérdida de tiempo. Más bien al contrario, vale la pena
escuchar, prestar atención, observar, meditar, reflexionar en profundidad,
demoradamente, sin apuro. Anais Nin fue y sigue siendo una referencia en el
campo del concimiento imprescindible, aquél que es capaz de ser despertado por
el arte y por la atención al mundo y al ser profundo. Y para concluir esta
breve anotación sobre esta persona tan significativa, diré que siendo ella una mujer
escritora y feminista, no cae en esa triste bifurcación del lenguaje tan
difundida actualmente. No dice “ellas y ellos” ni “hombres y mujeres” como si
estuviera en una tribuna. Habla de sí, como otras grandes escritoras (Cecília
Meirelles, Graciela Maturo) sin ese sexismo impuesto por la moda actual.
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