Los asesinatos nos despiertan para la vida. La necesidad
urgente de levantarnos y acabar con este régimen cobarde y cruel. Jesús enseñaba
que no le tuviéramos miedo a la muerte corporal. Yo le temo más a la muerte en vida,
aquella que consiste en cerrar los ojos a la barbarie de un sistema sin alma. Cada
uno a su manera, y, juntos, de maneras nuevas y viejas, tenemos que bajar al
régimen ilegal instalado por el golpe de estado. No solamente con acciones de masa,
sino también con otras, personales y comunitarias, micro. Rehacernos, rehacer
la política desde abajo.
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