Se instala outra escucha interior. Otra
manera de estar en el mundo. Ya no se está como un extraño, como
alguien que piensa, siente y actúa según algo que le inculcaron,
sino que se pasa a vivir desde uno mismo. Esta es la revolución
interior.
Uno pasa a vivir la mayor parte del
tiempo desde uno mismo, para uno mismo, hacia uno mismo. Es la hora
del nacimiento del ser auténtico, que renace después de un largo
tiempo de extrañamiento y alienación.
Y este volver a sí, este volver en sí
mismo, ocurre en medio de las circunstancias cotidianas en las que
nos toca vivir. Es un regreso, una vuelta a uno mismo, por uno mismo,
con uno mismo.
Este es el verdadero nacimiento del ser
inmortal, el Cristo interior, aquella parte nuestra que es una com la
eternidad. Es la hora del Cristo cósmico.
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