segunda-feira, 22 de dezembro de 2014

Silenciosamente

Y ahora, cuando el día ya se va metiendo dentro de la noche. Ahora que la luz del cielo ya va diciendo que va llegando la oscuridad. Ahora que voy poniendo estas letras en la hoja, como para ir diciendo que yo también me voy yendo a ese lugar donde la noche nos cobija. Ahora, en este mismo instante en que la hoja es como un barco que va buscando orilla. Ahora ya es tiempo de dejar estas líneas y simplemente dejarse ir hasta ese lugar adonde las memorias se van organizando hasta el silencio. 

El silencio y la palabra. La palabra y el silencio. Hoy pensaba en ésto: cuánto decimos sin palabras. Cuánto es posible decir sin decir nada, sin emitir un único sonido. En esos momentos en los que simplemente no hay nada que decir. Permitirse el silencio también, con su locuacidad. Permitir que el silencio nos diga cosas, calladamente, a su modo, silencioso.  

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