sexta-feira, 19 de dezembro de 2014

Tiempo y libros

Esta mañana ví esta pila de libros en la mesita de luz, y sentí de inmediato, tranquilidad. Los libros tienen esa virtud. Me substraigo del tiempo presente, con sus múltiples demandas. Entonces refluyo hacia un tiempo primordial. Un tiempo quieto, parado. En realidad, este tiempo primero también se mueve dentro de sí mismo. Pero es un movimiento auto-contenido, casi imperceptible. Vienen entonces también algunas imágenes de ayer.

Los árboles en el parque a la noche. Las palmeras bordeando la avenida. El follaje de los árboles del barrio, con sus distintos matices. El canto coral de los niños en el santuario de la Virgen en el Challao. Y esa Mendoza de noche que se divisa desde los cerros. Las veredas y acequias ahora, esta mañana, allá afuera esperando mis pasos. Y este tiempo de ahora, de este instante. Un tiempo presente al que intento llegar. Como si fuera un regalo de Navidad. No te preocupes, no temas, que yo estoy aquí, resuena la voz del niño de Belén.

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