¿Qué es lo que le da sentido a mi vida? El amor. El
placer. El deseo. Mis valores. La pintura. Los amigos. La familia. No en este
orden, sino en algún orden que se va organizando por ahí, y se desorganiza. Se
agregan otros sentidos, como la risa, el humor, la aventura, la curiosidad. La
literatura. La poesía. La oración, pero no la oración programada, proyectada,
aprendida (y también ésta, a veces, muchas veces, pero no siempre), sino más
bien una oración que es como la propia vida, una oración que es color,
bienestar, plenitud. El sentido de mi
historia, mi trayectoria, mi presente, no siempre presente, frecuentemente
invadido por un pasado o muchos pasados no digeridos. Esto le pasa a todo el
mundo. Hasta que el presente sea presente, sólo presente. Presente y nada más.
Hasta ese día, hasta esa hora (si es que ese día y esa hora se presentan algún
día), será este juego de luces y sombras, buscar e intentar, llegar y perderse.
Perderse y encontrarse, ir y venir.
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