sexta-feira, 13 de março de 2015

Viernes 13

Algo como permitirme una siesta a destiempo (¿cuál es el tiempo de la siesta?). Leer unos libros muy atractivos (Angústia, de Graciliano Ramos, y O médico nativo, de Cronin). Pintar un cuadro dejando que los colores me llevaran. Dejando que el sol y el mar. Dejando que la tierra y el agua y el cielo. Dejando que la tarde y la noche y el día y toda la jornada se anudasen y juntaran todo el tiempo como ahora, cuando recuerdos del jardín de infantes Peter Pan y el Liceo Militar General Espejo en Mendoza. Y toda esta jornada tensa en defensa de la democracia. Y el calor de marzo. Y el viaje a Mendoza ya nomás. Y todo esto. Y este no querer dejar la hoja. Y una cervecita en el balcón, como quien no quiere la cosa. Y este dejar que la noche vaya pasando por debajo de la línea del tiempo, en dirección a un mañana. Mañana  de sol, de playa. Familia. Raíces, cielo y sol. Celeste azul. Verde amarillo.

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