Muchas veces me pongo a escribir, por
no tener nada que hacer. Cuando lo hago, me voy ordenando, voy viendo
cosas viejas y nuevas. Mi vida se va reuniendo. El ayer y el hoy se
juntan. Todo va adquiriendo una cualidad de solidez. Me voy
alimentando de lo que he ido descubriendo sobre todo en los cursos de
formación en Terapia Comunitaria Integrativa. Es como que me voy
clarificando. El momento presente se va haciendo más transparente.
Prioridad. Confianza. Claridad. Lucidez. Esta mañana estaba en el
mercadito haciendo compras, y me di cuenta de que encontré lo que
para mí es lo más importante en la vida: el amor. Venía volviendo
para casa, y me di cuenta también de que no tengo por qué temer ni
estar preocupado. No necesito auto-exigirme tanto. Puedo dejarme
fluir. En otro momento estaba en el jardín con mi padre, viendo unos
picaflores volando. Ellos se mantenían en un punto, inmóviles en el
aire. Me di cuenta de que al escribir, voy juntando estas
preciosidades que se van presentando en el vivir cotidiano. Así es
como si fuera tejiendo un tejido infinito. O juntando puntos de algo
que ya está allí, y que se junta cuando escribo.
Nenhum comentário:
Postar um comentário